9.9.2022
Las stablecoins, o monedas estables, son criptomonedas creadas con el objetivo de intentar mantener una paridad uno a uno con otro activo.
Gracias a esta cualidad de lograr mantener un precio relativamente estable dentro de un mercado volátil, se han convertido en uno de los activos más apreciados por los usuarios del mundo cripto.
Si bien es sabido que su valor suele presentar fluctuaciones, también es cierto que han sido la herramienta más efectiva para contrarrestar la volatilidad intrínseca de este tipo de activos.
De esta manera, algunos usuarios las eligen como una herramienta de ahorro y otros, con conocimientos más avanzados, para realizar operaciones en DeFi.
Dicho esto, cabe aclarar que existen distintos tipos de stablecoins. Podemos identificar dos grupos: colateralizadas y algorítmicas. En este artículo conocerás las diferencias entre ambas y algunos ejemplos de cada una.
Hay diversas maneras por las que estos activos digitales intentan mantener la paridad de precio con el activo que representan. La gran mayoría tiene un colateral por detrás.
Se le llama colateral a un activo que sirve como garantía. En el caso de las stablecoins, funciona como un depósito de valor que intenta asegurar la estabilidad del activo.
Pongamos un ejemplo de una stablecoin cuyo colateral sea el dinero fiat, en este caso, el dólar estadounidense.
Para garantizar la paridad, si el usuario quiere obtener dicha stablecoin, deberá depositar un dólar en la cuenta bancaria de la empresa encargada de emitirla. De esta manera, por cada token que circule, habrá un dólar físico que lo respalde.
Existen tres modelos de stablecoins colateralizadas: las que poseen su respaldo en dinero fiat, las que lo poseen en otras criptomonedas y las que lo tienen en otro activo como, por ejemplo, el oro. Veamos cada una de ellas.
Aquí se encuentran las stablecoins más populares del mercado. Son los casos de USDT (Tether) y USD Coin (USDC).
Ambas monedas intentan mantener la paridad con el dólar estadounidense y su emisión está a cargo de las respectivas compañías fundadoras. Se estima que ambas empresas poseen una reserva capaz de cubrir todo el circulante.
Si un usuario quiere conseguir estas stablecoins, debe depositar dinero en la cuenta bancaria de las compañías mencionadas anteriormente y un smart contract se encargará de enviar los tokens en la wallet especificada.
Caso contrario, si el usuario quiere recibir dólares, deberá enviar los tokens a la empresa, ellos los quemarán (los sacan de circulación) y depositarán el monto equivalente en la cuenta bancaria especificada.
Si a las anteriores las respalda el dinero fiat, a estas, tal como lo dice su nombre, las respaldan otras criptomonedas.
El sistema de regulación se da dentro de la blockchain donde corre la stablecoin, mediante el uso de smart contracts. Estas monedas permiten una mayor descentralización que las anteriores, ya que no hay una única empresa encargada de administrar los fondos.
La moneda más popular de esta categoría es DAI, perteneciente al protocolo Maker Dao que corre sobre la red Ethereum.
DAI es una moneda sobrecolateralizada, esto quiere decir que, para obtenerla, es necesario dejar bloqueada una cantidad de ether (la criptomoneda de Ethereum) mayor a la solicitada dentro del smart contract.
De esta forma, si la cripto sufre una baja significativa en su precio, el mismo protocolo tiene reservas para intentar mantener la paridad y asegurar el precio del activo.
¡Hay stablecoins de todo tipo! Los ejemplos que nombramos recientemente intentan mantener la paridad con el precio del dólar, pero también existen activos digitales que intentan mantenerlo con metales preciosos, inmuebles o hasta el petróleo.
Un ejemplo puede ser G Coin, que busca mantener la paridad 1 a 1 con el oro. En este caso, la emisión funciona de una manera similar a USDT, donde las personas deben depositar la cantidad de dinero equivalente a un gramo de oro en la cuenta bancaria de la compañía.
Ya conoces cuáles son las stablecoins colateralizadas, ahora toca conocer la otra cara de la moneda.
Hay stablecoins que no dependen ni del dinero fiat, ni de otras criptomonedas. Por el contrario, la estabilidad del activo va a depender del uso de algoritmos específicos encargados de mantener la paridad.
Las stablecoins algorítmicas, al no tener una moneda como el dólar, o una criptomoneda como bitcoin para que lo respalde, pasa a depender exclusivamente del uso de algoritmos y smart contracts encargados de mantener la paridad con un activo.
Por lo general, la mayoría de estos activos digitales están programados para reducir la cantidad de monedas en circulación, en caso de que su precio sufra una baja, o aumentarlos si sobrepasa el valor del activo con el que mantiene la paridad.
Si bien estas monedas presentan un mayor nivel de descentralización al constituirse como un sistema autónomo, también suponen un riesgo importante al no tener ningún activo que la respalde.
Un ejemplo de stablecoin algorítmica que no pudo mantener la paridad fue el UST, la stablecoin algorítmica de Terra.
La mala experiencia con UST, no implica que todas las monedas algorítmicas vayan a fracasar, ya que estas son distintas entre sí.
Es decir, no hay un único modo de configurar el algoritmo para mantener la paridad con un activo, a diferencia de una stablecoin colateralizada que sí o sí necesita de un activo que la respalde.
Hay diversos proyectos dentro del mundo cripto que cuentan con una stablecoin algorítmica como RAI, creada por la empresa de blockchain Reflexer Labs, un proyecto muy interesante dentro de DeFi.
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