El proyecto consta de dos grandes etapas que combinan los beneficios de un desarrollo inmobiliario tradicional, y la rentabilidad de un negocio hotelero.
Etapa de construcción: en esta primera parte se edifica el hotel. Este proceso se subdivide en 5 etapas (Pozo, Hormigón, Caja Cerrada, Terminaciones, Hotel abierto).
Etapa de administración: el hotel ya está terminado y en funcionamiento.
En la fase de construcción, el inversor generará una ganancia de capital por la revalorización de su activo. A medida que avance el proyecto, las cuotapartes irán incrementando su valor a un ritmo proyectado del 10% anual + ICAC (Índice de la Cámara de Construcción), estimando un 30% desde la etapa de Pozo hasta la apertura efectiva del hotel.
Por otro lado, una vez que la obra concluya, y el hotel se encuentre operativo, el valor de la cuotaparte tenderá a estabilizarse en moneda dura, mientras la ganancia dependerá del rendimiento del negocio. El fideicomiso encargado de administrar el hotel, distribuirá utilidades a todos sus inversores, de manera trimestral, proporcionalmente según su participación en el mismo. La renta proyectada para esta etapa será del 7% al 9% promedio anual.
Dependiendo de la etapa en la que se ingrese al proyecto, tanto la ganancia de capital como el porcentaje de rentabilidad futura se verán afectadas. Cuanto antes el inversor compre su fracción de habitación, mayor será la revalorización, y también así lo será el porcentaje de renta .