En el capítulo anterior te explicamos que antes del dinero existió el trueque, el intercambio directo de una cosa por otra, que se empleó en las civilizaciones más antiguas de la humanidad.
Pero el trueque dejó de ser útil y las personas empezaron a buscar una referencia que le permitiera darle un valor a cada cosa que se vendía en el mercado.
El primer intento por dejar de usar el trueque fue el dinero mercancía. Éste se refería a que a cada cosa que se vendía se le asignaba un valor usando como medición otro producto.
Por ejemplo:
Sin embargo, te podrás imaginar que andar transportando sacos de trigo no era nada cómodo. Así que los aldeanos tuvieron que idear otro medio de intercambio.
Después del dinero mercancía, las personas empezaron a usar los metales preciosos, especialmente el oro.
Varios pueblos comenzaron a crear así sus primeras monedas, formas circulares que le daban al oro, la plata o el bronce. Éstas se podían apilar y transportar fácilmente para viajar con ellas a comprar cosas.
De hecho, la palabra moneda fue un invento del Imperio Romano. Proviene del latín “Moneta” (Avisar), de Juno Moneta (La Avisadora), que era la diosa que avisaba a los guerreros de los ataques enemigos.
Muy cerca del templo de “Moneta” fue donde se instaló la primera fábrica de estas piezas de cobre y plata que los romanos empezaron a usar para el comercio.
Sin embargo, algunas civilizaciones también usaron a lo largo de su historia otros elementos como dinero de mercancía dependiendo de sus distintas necesidades.
A las monedas de cobre y plata le siguieron nuevas piezas hechas de materiales menos pesados y valiosos para poder transportarlos más fácilmente. Pero siempre respaldadas por un bien tangible que daba confianza de parte del emisor.
Es decir, se podían crear tantas monedas siempre y cuando representaran una cantidad existente de algún metal como el oro y que este oro perteneciera al organismo que creaba ese nuevo dinero.
Esta práctica daba “valor” a las piezas que las personas se compartían de mano en mano.
¿Pero qué es el valor? Muchos economistas discuten sobre la definición específica de este término. Pero podemos considerarlo como una magnitud con la que se mide un bien frente a su utilidad.
Es decir, es lo que tú crees que se le debe asignar como medida a un producto o servicio tomando en cuenta su producción pero también tu percepción como consumidor.
Valor y precio no son lo mismo. El primero es la idea que tienes de cuánto puede representar para ti algo, mientras que el segundo es la medida en dinero con la que tú terminas pagando ese algo.
La práctica de respaldar las monedas se mantuvo por varios siglos y se institucionalizó en el siglo XIX, cuando las monedas y también los billetes (su nueva variante en papel) empezaron a respaldarse con oro. El conocido “patrón oro”.
Entre 1870 y 1929, los ciudadanos del mundo podían transformar el papel moneda en una cantidad de oro equivalente.
Pero esto dejó de emplearse luego del Crack del 29, la más catastrófica caída del mercado de valores en la historia de la bolsa de Estados Unidos.
El derecho de convertir dinero en oro quedó exclusivo para los dólares estadounidenses, que se convirtió en la primera moneda del mundo, según el nuevo sistema financiero que establecieron los vencedores de la Segunda Guerra Mundial en los conocidos Acuerdos de Bretton Woods.
Sin embargo, el patrón oro en los dólares estadounidenses dejó de usarse en la década de los 70. Desde ese entonces ningún dólar está respaldado por este material precioso.
Entonces… ¿qué le da valor al dinero en la actualidad? La confianza que tienen los países en sus Bancos Centrales. Ellos son los que emiten los billetes y las monedas que las personas usan.
Desde que se abandonó el patrón oro, ahora existen monedas fiduciarias o FIAT, que son todas aquellas que se crean sin su respaldo pero por decreto de Estado. Es decir, tienen valor porque un país certifica que así es.
Esto significa que el valor del euro lo da la autoridad que tiene el Banco Central Europeo y el valor del dólar se lo da la Reserva Federal de Estados Unidos.
Hoy no sólo puedes conseguir monedas y billetes en físico, sino tenerlos de forma digital. En vez de enviar y recibir papeles o metales en tus manos, transfieres “números” de dinero desde computadores o celulares.
Y esto ha sido posible gracias a la intermediación de los bancos, los grandes organismos que aparecieron en la historia para garantizar la emisión, resguardo y traspaso del dinero.
¿Quieres ver cómo se crearon los bancos y qué han hecho hasta la actualidad? Veámoslo en el siguiente capítulo.
