Let'sStart
Blockchains
Blockchains de tercera generación

Blockchains de tercera generación

¿Bitcoin y Ethereum son las blockchains más importantes en el criptomundo?

Sí, al menos por ahora. Pero cada vez surgen más opciones y competidores para las dos redes criptos más consolidadas en el mercado.

¿Pero por qué se crean nuevas blockchains? Sencillo. Para mejorar las que ya existen y para responder con soluciones innovadoras a  necesidades que van surgiendo.

En los capítulos anteriores, vimos que Bitcoin fue la primera generación de blockchains: redes que permiten el intercambio y la custodia de valor. Se aplican principalmente a sistemas de pagos sin intermediarios.

Luego le siguió Ethereum, la segunda generación de blockchains, con sistemas descentralizados en los cuales se puede crear cualquier aplicación gracias a la introducción en sus funciones de los smart contracts.

Pero sobre las fallas o debilidades de estos dos primeros grupos ha nacido una tercera clasificación: la Tercera generación de blockchains, un conjunto de soluciones tan diversas como complejas.

Infinitas posibilidades

Hace algunos años se vienen trabajando en blockchains que puedan dar servicio a grupos masivos de gente y que a su vez puedan autogestionarse.

El autogobierno es un aspecto fundamental en las redes descentralizadas de tercera generación. En ellas, sus usuarios tienen la posibilidad de votar e incidir en el destino de la propia red que están integrando.

Ejemplos de estos modelos de blockchain son  Bitshares, Steem o Lisk. Estas redes usan un nuevo protocolo de consenso llamado “Prueba de Participación Delegada”.

Prueba de Participación Delegada

El Proof of Stake (PoS) fue una evolución del Proof of Work (PoW), pero ahora también se enfrenta a un nuevo protocolo de consenso que promete ser más eficiente para proyectos que quieren ser aún más escalables.

La Delegated Proof of Stake (DPoS) o Prueba de Participación Delegada (por su traducción al español) es una forma de organización dentro de la blockchain, creada por Daniel Larimer en 2014, donde ciertos nodos funcionan como “Testigos” o “Delegados”, individuos autorizados para minar bloques, validar transacciones y monitorear la red.

Estos testigos son elegidos directamente por medio del voto de todos los participantes de la red, cuya decisión tiene el mismo valor que la del resto del grupo.

Los delegados seleccionados definen a su vez una rotación entre ellos para que cada uno tenga la oportunidad de producir un bloque y cobrar una recompensa por ello. Si el testigo no está disponible cuando llega su turno, debe esperar a uno nuevo.

Al haber un grupo selecto de testigos, estos pueden validar en menor tiempo las transacciones y garantizar operaciones más fluidas y rápidas dentro de la red.

Además este protocolo favorece la descentralización con la consulta periódica de sus  propios integrantes. Temas como las recompensas, la cantidad de delegados o los cambios técnicos son votados siempre por los miembros.

Incluso ellos mismos pueden penalizar a los delegados que no se comporten de acuerdo con lo esperado.

La primera blockchain que usó este protocolo de consenso fue la plataforma BitShares, una exchange descentralizada (DEX) creada por el mismo Larimer. También usan DPoS proyectos como EOS, LISK, ARK y TRON.

Todas estas redes tienen como propósito lograr la escalabilidad que de momento no han podido ofrecer blockchains de otras generaciones, como Bitcoin y Ethereum.

Nuevos protocolos

También existen otras redes que han desarrollado algoritmos propios con la intención de encontrarles una solución más práctica a los criterios de toda blockchain: escalabilidad, descentralización y seguridad.

Destacamos el caso de Polkadot, una plataforma que pretende interconectar distintas blockchains, como Bitcoin y Ethereum, para crear una gran comunidad de redes. Gracias a su tecnología, esta gran red permite registrar más de 160.000 transacciones por segundo.

¿Y cómo lo hace? Usando un protocolo bautizado como Prueba de participación nominada (NPoS), que permite la labor de dos tipos de actores de la red para asegurarla: validadores y nominadores.

También podemos mencionar el caso de Solana, una blockchain que se centra en el registro temporal para mejorar la escalabilidad de la red.

Para lograr esto, Solana emplea una actualización del PoS llamada Proof of History (PoH), que no es un protocolo de validación en sí pero permite que cada nodo verifique directamente el momento y orden de ocurrencia de las transacciones.

Así estos nodos no tienen que comunicarse entre ellos para ordenar cronológicamente la ocurrencia de las transacciones. Por esta razón, Solana puede realizar más de 50.000 transacciones por segundo, un salto cuántico con respecto a su competidor directo: Ethereum.

Todos estos proyectos, muchos aún en fase beta, son la clara demostración de que blockchain sigue en pleno crecimiento y que sus usos irán variando dependiendo de las necesidades que vayan surgiendo con el tiempo.

Por eso es muy probable que sigan apareciendo nuevas generaciones de blockchains con el pasar de los años. Todas con  un mismo objetivo: hacernos la vida más fácil.