¡Hay muchas formas de hacer dinero!
En los bloques anteriores te comentamos sobre la rentabilidad que ha dejado hasta ahora Bitcoin cuando se compra y guarda a largo plazo.
Pero si tu idea es hacer dinero mucho más rápido, hay una opción que seguramente has escuchado y que vale la pena entender: trading.
Quienes hacen trading son los llamados traders. Éstos se diferencian de un inversionista porque, en vez de esperar que en unos meses sus activos generen ganancias, especulan con los cambios de precio de estos activos a corto plazo para ganar dinero mucho más rápido.
Hacer trading implica entonces estar más al día con el mercado y tratar de intuir cuáles serán los cambios en el precio de un activo en períodos cortos: días, horas e incluso minutos.
Pero veámoslo más en detalle…
El trading es una forma de comercio. Un trader básicamente compra un activo o un derecho de ese activo para venderlo más caro más adelante y, de esa diferencia en el precio, sacar una ganancia.
Digamos entonces que el trader es un emprendedor, porque trabaja activamente para ganar dinero con su propio negocio. ¿Cuál? Tratar de predecir el mercado.
Esta compraventa no es muy distinta a la que practicaban los comerciantes de las civilizaciones más antiguas. En la antigua Mesopotamia (hoy Irak) se usaban fichas de arcilla donde se anotaban la cantidad, hora y fecha de un activo comprado.
Estas fichas después se podían vender en un mercado de personas interesadas por obtener tales activos. Entonces muchos especuladores empezaron a notar que si había gente interesada en adquirir algún título, podían crear distintos negocios alrededor de ellos.
La creatividad de los comerciantes de las primeras civilizaciones dio origen a lo que hoy conocemos como el mercado de capitales, el conjunto de personas que desean comprar algo (demandantes) y quienes están dispuestos a venderlo (oferentes).
La primera vez que se creó un lugar formal específicamente para que funcione este mercado fue en 1531 en la ciudad de Amberes (Bélgica), donde nació la primera bolsa de valores en la historia.
En esta bolsa, decenas de personas asistían para negociar contratos sobre propiedades de activos en forma de bonos y pagarés.
Hoy podemos encontrar diversas bolsas de valores en todo el mundo: Nueva York, Tokio, Shangai, Hong Kong, Londres… Su función es la misma de hace años: ser punto de encuentro entre oferentes y demandantes de distintos valores.
Estos valores pueden ser acciones de empresas cotizadas, futuros referenciados a índices bursátiles, materias primas y divisas como el euro y el dólar.
Un trader debe tener acceso a estos mercados de valores para poder hacer su trabajo. Aunque esto es cada vez más fácil y se puede hacer desde tu casa, siempre necesitarás de un intermediario.
Los intermediarios entre quienes quieren hacer trading y el mercado de valores son los brokers, los cuales te permiten introducir órdenes de compra-venta en el mercado a cambio de unas comisiones por cada operación.
Muchos de los bancos ofrecen este servicios de intermediación, pero también se han creado plataformas digitales específicas de trading, que permiten visualizar gráficos del comportamiento histórico de un activo en específico y operar solo con algunos clicks.
Teniendo el broker y la plataforma para hacer trading, el siguiente paso es invertir dinero. Necesitas un mínimo (que define cada plataforma) para poder operar y empezar a hacer tus predicciones sobre cómo se comportará el mercado en el futuro.
Sin embargo, como toda labor financiera, ser trader implica mucho conocimiento y pasión. Así como una buena gestión de trading puede dejar grandes rentabilidades, una mala también puede dejarte en la ruina.
Por eso es fundamental tener todos los detalles en cuenta y seguir formándote cada día si lo que deseas es ser un trader profesional y exitoso.
¿Quieres saber más sobre el camino de un trader? Acompáñanos en el siguiente capítulo.
